OBJETIVOS
- Identificar las normas válidas de conductas desde la ética normativa
- Describir y analizar los principos fundamentales de la ética normativa
- Valorar la proyección de la ética normativa en la cotidianidad del diario vivir
Algunas conclusiones sobre la ética:
- La ética normativa, a diferencia de la ética descriptiva, se interesa por la moralidad del acto en sí. Es decir, no se enfoca en lo que la mayoría de las personas consideran correcto o no sino en lo que es realmente correcto.
- La diferencia entra la actitud y el comportamiento: la actitud es la voluntad del hombre, mientras que comportamiento, de acuerdo al pensamiento de Santo Tomás, es el acto voluntario externo del hombre. Lo que distingue la actitud del comportamiento es la intención detrás de la acción. Sin embargo, una actitud moralmente correcta puede llevar a un comportamiento moralmente incorrecto sin ser necesariamente culpa del individuo ya que su intenciones puede que hayan sido buenas pero circunstancias externas causaron que el resultado fuese un acto moralmente incorrecto.
- De acuerdo a la ‘moral causista’ una persona es mala o buena dependiendo de su comportamiento moral. Esta visión de la moralidad se ve también en el calvinismo. La idea central es que el éxito no hace que la persona sea buena, la persona es buena y por ende logra el éxito. De la actitud moralmente correcta brota el comportamiento moralmente correcto, y no al revés.
- Para llegar a analizar las condiciones de una actitud moralmente buena se tiene que partir de una actitud moral imparcial. En otras palabras, la norma de la actitud, por tratarse de una moralidad universal, no puede ser válida sólo en un lugar y tiempo definido sino que debe poderse aplicar incondicionalmente.
- Para realizar una actitud moral imparcial es necesario podernos relacionar con otros. De aquí nace la importancia del amor al prójimo. Si uno realmente ama al prójimo como a si mimo, uno puede ponerse en lugar de este y entonces relacionarse con este lo suficiente para alcanzar una actitud moralmente imparcial.
- La voluntad buena por si sola no es suficiente para realizar siempre un comportamiento moralmente correcto. Regresamos aquí a lo que hablaba Santo Tomas sobre acto voluntario interno y externo; querer actuar de una forma moralmente correcta no necesariamente conlleva una disposición material del individuo para realizar todo lo que moralmente se le exige. A falta de esta posibilidad material se extingue el deber moral del individuo de realizar la acción.
Ejemplos sobre la ética de la vida cotidiana:
- A pesar de que muchas personas consideran que el aborto debe ser a criterio de la mujer y basado en el principio de la libertad individual de cada ser humano, y si la mujer decide llevar a cabo un aborto esto es aceptado por la sociedad, para la ética normativa el aborto siempre será un acto incorrecto e inmoral. Abortar un bebe es robar una vida, pese a que sea aceptado por la sociedad siempre será un acto moralmente incorrecto.
- Uno puede tener intenciones de ayudar a alguien y de salvar a alguien en una emergencia pero factores externos pueden hacer que en nuestro intento de ayudar a una persona causemos un daño mayor. Para ponerlo en términos mas concretos y cotidianos, si surge una emergencia médica y toca manejar al hospital apurado y en nuestro apuro chocamos y herimos a otra persona, causamos una lesión más grande de la que estábamos tratando de enmendar. Nuestra intención era moralmente correcta pero el resultado fue moralmente incorrecto, ya que ahora hemos herido a otra persona y probablemente herido aun mas a la persona que intentábamos salvar.
- La responsabilidad moral del individuo de realizar una acción moralmente correcta se extingue cuando la posibilidad material se extingue. Esto lo podemos ver aplicado en el día a día de todo abogado. Uno lucha y argumenta en la corte por lo que correcto, ya sea poner alguien culpable tras rejas o liberar a alguien inocente. Sin embargo, al final del día es el juez quien decide. El deber moral del abogado termina con esa última pronunciación departe del juez ya que es aquí donde se termina la posibilidad material. El hombre por naturaleza aspira a obrar bien y los valores morales se deben defender. Naturalmente, que para ser moralmente bueno es necesario que haya también disposición de actuar de modo moralmente recto. Sin embargo, hacer lo que es moralmente bueno puede tener malas consecuencias y viceversa. La actitud moralmente buena no es razón suficiente para que se tenga un comportamiento moralmente recto, tampoco los criterios en la valoración de la actitud, aunque sean necesarios, son suficientes para descifrar exactamente el comportamiento que corresponde al punto de vista de la moral.